Reseña: Esta canción reafirma el valor de la cosmovisión de la cultura de nuestros pueblos originarios, también de su lucha ancestral por lo que les pertenece. Acorralados, diezmados, sometidos por más de 500 años, aún siguen en pie, en la defensa sabia de su tierra que es la de todos. Las voces de la canción, en las lenguas mapuche y española, enarbolan la fuerza que proviene del amor a la tierra. Mientras que los instrumentos de origen andino del norte argentino, la quena y el quenacho, amalgaman con sus sonidos a pueblos de diversas latitudes con un sentir que se tiñe de melancolía por el glorioso pasado indígena de América Latina. Sobre el final de la canción se escuchan las palabras “águila sideral” cantadas por los niños, en evocación a una canción del disco “Alturas de Machu Picchu” del grupo chileno Los Jaivas, trabajo discográfico donde musicalizaron poemas que Pablo Neruda escribiera inspirado en Machu Picchu, la majestuosa creación del pueblo incaico.